Hace un año estaba de despedida de soltera. La única a la que he asistido. Y puedo decir que fue muy divertido tanto prepararla como la despedida en sí. Hago un resumen de lo que recuerdo, porque fue un fin de semana bastante intenso.
Todas esperábamos a la novia escondidas en una habitación del hotel Gaudí (en Gran Vía). La habitación tenía terraza con minipiscina, una cama de matrimonio y un sofá cama también de matrimonio. Aunque la despedida fue en Madrid, no queríamos que volviera a dormir a casa, así que algunas pensábamos quedarnos a dormir con ella allí, además de que era un buen sitio donde reunirnos todas y comenzar la fiesta.
Le dimos una carta con instrucciones, que no debía abrir hasta una hora determinada del sábado por la mañana. Dentro de la carta le indicábamos qué autobús tenía que cogerse, con el dinero suficiente para coger el autobús.
Al llegar a Moncloa tenía que dirigirse a una de las tiendas del intercambiador y dando una contraseña que la haría pasar bastante vergüenza le daban otro sobre con instrucciones y un ticket de metro. Luego la novia nos contó que le parecía que a su alrededor todo el mundo estaba compinchado. Hubiera pagado por verla por un agujerito, sin saber nada, tan indefensa, y tan graciosa.
Al llegar a Gran Vía tenía que llamar a un teléfono (el de Mr. Argu, por cierto), que le decía dónde tenía que ir a por más instrucciones. Al llegar a la pizzería donde le daban más instrucciones (siempre dando la sonrojante contraseña) ya sabía que tenía que reunirse con nosotras en un hotel. Lo que no sabía era que en la recepción tenía que hacer referencia a la reserva a nombre de Zorrupia.
Cuando llegó a la habitación, la recibió su hermana vendándole los ojos, y a continuación tenía que buscarnos a todas y reconocernos. Nos reímos taaaaanto!!!
De ahí ya fuimos a pasear un poco por Madrid (la disfrazamos de futbolista, con toda la equipación, balón incluido), y el primer sitio al que fuimos a tomar algo fue... al 100 Montaditos! con la manía que le tengo! Pero la verdad es que estuvo genial, todos los clientes le hacían comentarios y de vez en cuando gritaban Viva la novia!!!
V le hizo un test al novio con preguntas algo comprometidas, y le hicimos el mismo test a ella a ver cuántas respuestas coincidían... no muchas, pero dio lugar a unas buenas carcajadas. Y luego le hicimos un encargo a la novia: tenía que ponernos una banda de Miss a cada una, poniendo alguna cualidad, característica o lo que se le ocurriera. Por si tenéis curiosidad, os diré que yo fui Miss Explótame Explo, por la canción de Rafaella Carrá que tantísimas veces habré cantado con la novia y su hermana.
Yo me encargué de preparar un Pasapalabra con preguntas sobre la vida de la novia, y me reí mucho preparándolo. En una cartulina grande hice un agujero circular por el que cupiera la cabeza, y pegué alrededor del agujero circulitos de otro color con todas las letras. Acertó todas y nos echamos unas buenas risas.
Ahí nos separamos de algunas de las asistentes, porque fuimos a los baños árabes que hay en la calle Atocha. Queríamos que hubiera una parte también de relax en la despedida, y además en esa parte se nos unieron la madre y la tía de la novia, que les hacía ilusión estar presentes en un día como ese, aunque no fuera todo el tiempo. Y allá que nos fuimos, un poco achispadas por los tintos de verano y las cervezas, y a ser regañadas permanentemente por los empleados de los baños, que nos pedían silencio todo el rato. Qué pesados!!!
Después de eso volvimos al hotel, nos aseamos un poco y nos dirigimos al Calderón. En los bajos del estadio había un restaurante especializado en cenas de despedida de soltero/a, y que esa noche era temático de los 80. Después de cenar nos fuimos a la Latina y a Las Vistillas (eran las fiestas de San Isidro). La novia cada vez que veía una limusina con despedidas de soltera se encaprichaba y decía que quería ir en una, que ella la pagaba. La pobrecita estaba tan contenta que ni se dio cuenta de que no llevaba ni un puñetero duro.
Acabamos la noche en un karaoke, cantando canciones de Rafaella Carrá, haciéndonos colegas de unos chulapos que cantaban canciones de Nino Bravo.
Y a la mañana siguiente a pasar la resaca en remojo, en la minipiscina de la terraza y torrándonos al sol, dejándonos unas marcas que no pasarían desapercibidas el día de la boda, que era el fin de semana siguiente...
Decir que fue un fin de semana divertidísimo, que guardo un recuerdo super especial de entonces, y que deseandito estoy de pasarlo igual de bien con mis amigas, porque si lo pasé así de bien con una panda de desconocíais... es que mi despedida va a ser la bomba!!!
Vas a flipar guapa!!! Ains esos nervios... Que harán?? Que harán??? Tic, tac, tic , tac ya queda menos!!!
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