miércoles, 4 de abril de 2012

Probando el menú de la boda

Hace días que no escribo. Mr. Argu me preguntaba si me había quedado sin ideas. Yo respondí que quería escribir sólo cuando realmente me apeteciera, y cuando tuviera algo que contar.
La semana en Asturias fue increíble, realmente volvimos con las pilas cargadas, aunque no os voy a engañar, trabajar sólo 3 días esta semana se agradece, aunque nos vayamos a quedar en Madrid.

El martes pasado hicimos la prueba del menú. Probamos cantidad de platos, que no nos pusieron nada fácil la elección, porque eran a cada cual más espectacularmente sabroso, y además, en Asturias son taaan exagerados con las cantidades, que desde aquí puedo apostar la sudadera del flamante Abercrombie de la 5th Avenue que me pienso comprar en Nueva York que nadie, es más, NADIE se quedará con hambre.

La prueba fue además muy divertida. Hice una especie de cuestionario en el que figuraba cada plato que probamos, y en el que fui apuntando por cuál se iba decidiendo cada uno, porque había que decidir, claro, no podíamos quedarnos con todo. Eso sólo sería posible si Falete fuera invitado a nuestra boda. Falete y toda su familia en realidad.

Lo que no pudimos decidir ese mismo día fue el postre, porque no indicamos nada sobre nuestras preferencias,  y cuando llegamos allí nos plantaron varias opciones de milhojas, y no sé si lo sabéis pero ni Mr. Argu ni yo somos del club de fans del hojaldre precisamente. Así que tuvimos que esperar al día siguiente para conocer nuestro postre.

Tampoco probamos ni los pinchos del cóctel ni nada de la espicha de la noche, que se trata de una cena con comida típicamente asturiana, a la vez que informal, osea, picoteo otra vez.

Sí, sí, que después de la comida, viene la cena. Así que, AVISO IMPORTANTE a mis queridos invitados, id preparando omeprazol, almax, resalín, y todos los medicamentos que os vayan a ayudar a aguantar el tirón, que ya que venís a Asturias, habrá que ir al 100%, no?



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