miércoles, 1 de febrero de 2012

Una boda medieval y de fantasía

El escenario no podía ser más apropiado, unos jardines, en plena sierra madrileña, al anochecer.
Original, desde luego. Y divertida también, porque no a todas las bodas van todos los asistentes disfrazados de damas medievales, príncipes, guerreros, duendes, elfos, hadas...
Y los novios genialmente caracterizados. Ella con un vestido hecho expresamente para la ocasión, y él con un traje alquilado y que fue usado en la película Tirante El Blanco, que pasó un poco sin pena ni gloria, pero que para los que no hayáis oído hablar de ella, pues cuando no estaban desnudos haciendo cochinadas (como en el 90% de las pelis españolas), llevaban un vestuario increíble. Los novios nos sorprendieron poniéndonos en la mismísima mesa presidencial, y disfrutamos de una cena muuuuy buena, con uno de los mejores solomillos que he probado (se notaba que era de vaquita de esas explotaciones ganaderas que tanto ha recorrido Mr. Argu). En esta ocasión no hubo primer baile de los novios, pero a mitad de la noche se marcaron uno de lo más divertido al ritmo de You can leave your hat on (Nueve semanas y media). Y la pena fue que esa noche yo me encontraba con una de mis muy frecuentes amigdalitis, así que no pude disfrutar demasiado de la fiesta. Eso sí, Mr. Argu, como tantas otras veces, fue de los últimos en irse a dormir.

1 comentario:

  1. Que ilusión nos hizo que pudierais estar con nosotros en un dÍa tan mágico y especial para nosotros.. Nos encanta que hayas dedicado in día de tu blog para comentar nuestra boda. Un beso enorme . Laura

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